viernes, 20 de marzo de 2009

Elecciones Politica trapacera

Elecciones: Política Trapacera

La política partidaria, es la lucha por el poder del Estado, para conquistar el gobierno municipal, provincial o nacional. El partido, como ya lo dice la palabra, es parte y parcela de la sociedad. Cada partido tiene tras de si intereses de grupos o de clases que elaboran un proyecto para toda la sociedad. Si llegan al poder del Estado, dirigen las políticas públicas conforme a su programa y su visión partidaria de los problemas.Por representar una parte, y no a la sociedad entera, la política partidaria es por si conflictiva, los políticos son adversarios, no enemigos, porque tienen proyecto y programas diferentes. Debe quedar claro aquello que Max Weber dijo en su famoso texto: La política como vocación. “Quien hace política busca el poder, como medio al servicio de otros fines, o bien por si mismo, para disfrutar del prestigio que confiere.” Este último modo de poder político es ejercido por muchos gobernantes en nuestro país, beneficiándose de el, olvidando por completo al sujeto de todo poder: el pueblo.Ante los escándalos de corrupción y nepotismo, la falsedad de las promesas electorales, el clientelismo, el favoritismo, las alianzas espurias, etc., la política viene provocando decepción en la ciudadanía creando una actitud de desconfianza, de desprecio y hasta de indignación. La política argentina corre así, el riesgo de un total descrédito por la ineficacia de sus instituciones, que se fueron desvirtuando por el exceso de burocracia y por la promiscuidad entre interés público y ventajas particulares.La reacción antipolítica que se vive en la sociedad y la distancia en relación a las instituciones democráticas son signos visibles de la necesidad de replantearse el ejercicio de lo político. Es urgente recuperar el ejercicio autentico de una verdadera ciudadanía, que es un campo que permanece siempre abierto a la participación, y es ahí donde se juega la batalla principal de la verdadera política. Asimismo de la credibilidad que tenga el sistema democrático depende de sus reglas de juego y de su práctica concreta.La apatía del ciudadano por la política, siempre es funcional al poder de turno, quedando garantizado que nada cambie. Sobre el particular Bertold Brecht escribió: “El peor analfabeto es el analfabeto político. No oye, no habla, ni participa en los acontecimientos políticos. No sabe el costo de la vida, el precio del pan, del pescado, de la harina, del alquiler, de los zapatos o de las medicinas. Dependen de las decisiones políticas. El analfabeto político es tan burro, que se enorgullece e hincha el pecho diciendo que odia la política. No sabe el imbécil, que, de su ignorancia política nace la prostituta, el menor abandonado y el peor de todos los bandidos, que es el político trapacero, granuja, corrupto y servil...”De todas las vocaciones, la política es la más noble. “Vocación”, del latín “vocare”, quiere decir llamado. “Política” viene de polis: ciudad. La ciudad era para los griegos, un espacio seguro, ordenado y manso, donde los seres humanos podían dedicarse a la búsqueda de la felicidad. El político sería aquel que cuidaría de ese espacio. La vocación política así, estaría al servicio de la felicidad de los moradores de la ciudad. Vocación es diferente de profesión. En la vocación la persona encuentra la felicidad en la propia acción. En la profesión el placer se encuentra no en la acción, sino en la ganancia que de ella se deriva.El futuro de nuestra Patria depende de esa lucha entre políticos por vocación y políticos por profesión. Lo más triste es que muchos ciudadanos argentinos sienten el llamado de la política, y no tienen el coraje de atenderlo por miedo a la vergüenza de ser confundidos con los políticos desprestigiados y lo peor, de tener que convivir con ellos.Hoy Argentina está frente a un panorama bastante desalentador: ¿Elecciones limpias o fraudulentas?. La decisión de adelantar las elecciones, es una actitud de política trapacera, y si los sistemas electorales no son creíbles, es esperable que tampoco sea creíble ni interesante lo que emane de ellos.

Aníbal Hardy

jueves, 19 de febrero de 2009

Campesinos, granaderos y otros domesticados

A no confundirse, no es lo mismo encarcelar octogenarios militares del proceso, que enfrentarse con el espíritu combativo de los hombres del campo. Las FFAA, por su verticalidad, su deterioro progresivo y sistemático, fueron desmotivadas, desmoralizadas, desarmadas, prácticamente disueltas y neutralizadas, a tal punto hoy ya no sirven para un simple cambio de guardia simbólico. A modo de ejemplo, los medios nos informan que en una medida sin antecedentes, la guardia de honor de Los Granaderos a Caballo no formará parte de la celebración del 231º aniversario del nacimiento del Libertador, porque en el acto estará el archi rival vicepresidente Cleto Cobos. Tampoco es casualidad que la delincuencia organizada domine la Argentina y que tenga rienda suelta, porque todas las policías del país sufrieron un deterioro similar a las FFAA.
La gran perplejidad del Gobierno ante la resistencia del campo surgió por un error de encasillamiento, porque en su análisis incluyó a los productores rurales como si fueran simples empresarios de un sector determinado.
A muchos de los comerciantes o industriales, el gobierno los tiene bien catalogados, domesticados y sabe manejarlos apelando a su codicia. Para muchos empresarios, la relación con sus fuentes de producción puede ser más o menos abstracta. Sus máximos ejecutivos, la mayoría de las veces, pasan de conducir una fábrica de galletitas a una petrolera. Lo mismo hacen los accionistas: invierten en diferentes empresas guiados casi exclusivamente por la rentabilidad de corto plazo, y si la actividad se convierte en deficitaria, migran a otra. El mejor ejemplo es el comportamiento de las multinacionales: Si un país deja de ser atractivo, siempre habrá otro mejor. Sabia la frase: "el capital siempre es cobarde".
El tema del campo es muy distinto, los productores rurales quieren ganar dinero como los empresarios, pero son otra clase de personas. La relación con su medio de producción no es abstracta, sino que es visceral. La incidencia que tiene la naturaleza en la suerte de su producción genera vínculos casi religiosos con esa tierra que trabajan. Los padres y abuelos de los productores se dedicaron a esa misma actividad, y no pocas veces ese mismo campo fue el que albergó la casa donde viven o se criaron sus hijos. La propiedad rural tiene una relación con la propiedad privada muy particular: la posesión privada es vivida como absoluta y perpetúa.
En este segundo round del Gobierno vs. Campo, ya no es ningún secreto para el pueblo argentino, que el verdadero motivo del enfrentamiento es meramente recaudatorio, por la parte colosal de la renta agraria que el Estado quiere llevar a sus arcas, y hoy todo ese discurso neo progresista de la justa distribución y la defensa del pequeño y mediano productor, hoy es tan falso como algunos títulos de funcionarios. Ante esta realidad y las malas noticias de las encuestas, la burocracia gobernante del interior día a día se disgrega.
El gobierno domesticó a los industriales, a la CGT y a otros, pero la realidad le mostró que debe competir con la dirigencia rural, con políticos opositores que aprendieron a unirse, más el éxodo de tropa propia. La realidad no se inventa, la realidad se palpa, se analiza, se modifica y, eventualmente, se mejora. Pero siempre se la debe tener en cuenta. Nunca inventarla. Este fue pecado mortal del gobierno y de nuestra tragedia argentina actual.


Aníbal Hardy
hardyani@arnet.com.ar

miércoles, 18 de febrero de 2009

La libertad de expresión es decir lo que la gente no quiere oír.
George Orwell

martes, 17 de febrero de 2009

Todos somos Tartagal

Los rostros curtidos por las desgracias de nuestros compatriotas de Tartagal reflejan la resignación absoluta de sus tristes destinos, en sus ojos la falta de esperanza nos mira directamente a nuestros corazones como esperando una respuesta que saben que no la tendrán. Mientras los evacuados emprendian el penoso exilio de sus hogares la presidenta de los argentinos con una frivolidad que asusta, manifestó que se impactó con la pobreza estructural salteña, al ver a hombres, mujeres y niños cargando sus humildes pertenencias, abandonando sus casas huyendo del alud de agua y barro. Ese exilio amargo de quienes luchan por sobrevivir ante un gobierno indiferente que se autoproclama adalid de los derechos humanos, y el pueblo, aquel por el cual dicen luchar sufre la agonía de la extrema pobreza. Duele esa cruel hipocresía que sigue sangrando a muchos inocentes, mientras el resto del país siente como propia esa herida ajena.
Un gobierno adulado por sindicalistas que siguen emulando a sus antecesores en pactos siniestros y en bienes acumulados. Un país gobernado entre bambalinas, mientras miles de ciudadanos viven rehenes de planes sociales y mueren tristemente en la infamante y creciente pobreza extrema.
Una tristeza comparable solo con la desvergüenza de un gobierno impiadoso que nos lleva a la injusticia sin par de ver a nuestros compatriotas escapando de las aguas que los acorralan, como los acorralan sus políticas inmorales de asistencialismo tanto a ciudadanos como a gobernadores, con obras públicas y coparticipación.
Es hora de comenzar a reaccionar antes de que tengamos que exiliarnos de nuestras creencias, acorralados por la vergüenza y perseguidos por nuestras conciencias. Los argentinos esperan que en algún lugar de nuestra enorme y rica geografía, se geste un grito de Libertad, y que el mismo salga de nuestros gobernantes locales rehenes del Ejecutivo Nacional, porque del Congreso Nacional no podemos esperar nada, ya cedió sus poderes, y de la Justicia tampoco, porque sigue con su mirada daltónica. Dios quiera que podamos escuchar muy pronto ese primer grito en el norte argentino, y que surja de la garganta de nuestros gobernadores.

Aníbal Hardy
hardyani@arnet.com.ar

Distorsiones de precios y la moral



Haciendo un análisis acerca de las estructura de los márgenes de utilidad comparados de las empresas mas importantes de Argentina, Brasil y Estados Unidos, se puede observar una distorsión de la rentabilidad empresaria argentina.
El margen de utilidad en el sector del comercio por ejemplo muestran un comportamiento similar en los tres países, con utilidades del 2% y el 3%, y en el sector financiero también exponen un equilibrio de alrededor del 8%. Pero, las diferencias comienzan con la rentabilidad de los Servicios Públicos. En EE.UU., es del 6%, en Brasil; 4%, y la Argentina sorprende con un margen de utilidad de casi un 13%. Dentro de este gran sector, los que presentan un mayor margen de utilidad son el agua, electricidad, distribución de gas, correos y concesionarios viales. Casi la totalidad de las empresas que integran estos sectores pertenecen al grupo de empresas de servicios públicos privatizadas. Las diferencias tan notables en la rentabilidad de los servicios en nuestro país, esta directamente relacionada con el modo en que se estructuraron las privatizaciones: Condiciones casi monopólicas, con controles casi nulos y le agregaría la leyenda urbana, que los dueños de las empresas privatizadas, son los mismos privatizadores, que retirarían sus ganancias impidiendo hacer las reinversiones necesarias para lograr un buen servicio. Esto es historia.
En verdad, hoy el gran responsable de los incrementos es el Gobierno Nacional, y su gran voracidad, con el cúmulo de impuestos que debilita día a día al ciudadano común, que observa azorado sus boletas de servicios, donde es mayor la proporción de impuestos, que el importe del servicio en si.
En todo el país es evidente el malestar por el aumento indiscriminado de los valores del suministro eléctrico. Por ello es bueno explicar que las subas registradas, no van a las empresas proveedoras de servicios, sino directamente al Estado Argentino, mediante un fideicomiso de la Secretaría de Energía, dependiente del Ministerio de Planificación, creados especialmente para la generación de energía, desconociéndose el monto de los fondos y el destino de los mismos.
En resumen, el valor del kilovatio se incrementó, pero ese costo que paga el cliente va a la generación de energía, pero no a los transportistas, (que llevan la electricidad hacia las ciudades), ni a los distribuidores, (que reparten la energía a cada uno de los hogares). Estas ultimas dos patas del esquema de producción y distribución de electricidad están hoy presionando para que el Gobierno les permita también subir sus precios, y lograr que su empresa sea “mas rentable”. Con lo que sería casi seguro un nuevo tarifazo. Reitero: Las subas registradas en las boletas de luz, que llegan hasta el 400 por ciento, no van a las empresas proveedores del servicio sino a un fideicomiso de la Secretaría de Energía, dependiente del Ministerio de Planificación, y lo mas grave del tema es que no esta regida por las mismas normas que las demás erogaciones de la Administración Pública, solo figura una simple planilla en la que se enumeran los montos totales para cada fondo, y su uso es sin restricciones.
Los ciudadanos argentinos aparecen, débiles e indefensos ante una maquinaria estatal omnímoda y despiadada, que no escatima esfuerzos para mantenerlos dependientes y sumisos, con funcionarios nacionales que manejan millones prácticamente sin control, disciplinando y concentrando la economía.
Para corregir estas distorsiones, es obvio que se deben controlar efectivamente los precios de los servicios públicos privatizados y por el otro usar todas las herramientas políticas y judiciales para transparentar, y descubrir quienes son los verdaderos dueños de las empresas privatizadas, que siguen lucrando con el sufrimiento del pobre usuario. En verdad, la solución para este problema exige un patriotismo de veras y mucha honradez en la administración, dos requisitos ausentes por completo hoy en día.


Aníbal Hardy
hardyani@arnet.com.ar

Mi respeto a un periodista

Mi respeto a un periodista

“Persigue a los hombres de mérito, odia a todo superior, degrada y condena a destierro o muerte a los más ilustres, mientras colma de honores a los que extrae de la nada...” Enseña la historia que Sócrates, de muy humilde cuna, se inició sirviendo con honor a su Patria con las armas. Dedicado después al estudio, se dijo que había hecho bajar a la filosofía desde el cielo a la ciudad, pues no se entregó a especulaciones abstractas, inútiles a la moral. No abrió escuela ni escribió su doctrina: en las plazas, en los talleres de los artesanos, principiaba por interrogar a los que se iban poniendo a su alrededor, y discurriendo sobre los objetos más simples y las ideas más sencillas, los guiaba paso a paso al descubrimiento de la verdad, soliendo repetir que semejante a su madre, partera, nada creaba, pero sí ayudaba a otros a producir.
Cuando hablaba del valor decía que no sólo un hombre es valiente en todo lo relativo a la guerra, sino también en los peligros del mar, en las enfermedades, en la pobreza y en el manejo de los negocios públicos; y lo mismo un hombre es valiente en medio de sus disgustos, las tristezas, los temores, los deseos y los placeres, cuando sabe combatir sus pasiones, sea resistiéndolas a pie firme, sea huyendo de ellas, porque el valor se extiende a todas estas cosas. A pesar de las virtudes de que se hallaba dotado, tal vez hubiera vivido tan solo en la grata memoria de sus discípulos, si la persecución no le hubiese alcanzado y conducido a un fin cual era el de un sabio que moría por sostener su opinión. (Foro de Cuyo)
Es que no resulta poco común mirar con malos ojos al que se eleva, y los atenienses, no distintos de los modernos, odiaban toda superioridad, hasta el punto de castigarla con el destierro. En tal sentido, del pueblo ateniense decía Jenofonte, con palabras que conservan vigencia respecto de otros muy modernos: “Persigue a los hombres de mérito, odia a todo superior, degrada y condena a destierro o muerte a los más ilustres, mientras colma de honores a los que extrae de la nada …”.
El periodista Nelson Castro ya no se podrá reencontrar con sus oyentes en el programa Puntos de vista. Las nuevas autoridades de Radio del Plata, afines al gobierno nacional, lo dejaron sin micrófono. Se le manifestó que sus críticas hacia el Gobierno no eran bienvenidas. Vaya con esta nota como una deferencia al Dr. Nelson Castro y a todos aquellos periodistas de opinión firme y franqueza manifestada, que desdeñan los juicios débiles, en los cuales con demasiada frecuencia se ahogan las convicciones, y que concurren con inteligencia y caridad al auténtico y pleno mejoramiento de sus hermanos los hombres.

Aníbal Hardy
hardyani@arnet.com.ar

Andá a quejarte a Magoya

“Andá a quejarte a Magoya”

El origen de la frase “anda a quejarte a Magoya” proviene de una curandera apodada Mamá Goya (Ma’ Goya), la que era visitada por muchas personas buscando curar sus enfermedades.
La figura del Defensor del pueblo, en la provincia de Formosa, fue instituida en la Cuarta Parte, Capítulo V, Art. 150 de la Constitución Provincial: “Habrá un Defensor del Pueblo, a quien corresponde la defensa de los derechos colectivos o difusos, frente a los actos, hechos u omisiones de la Administración Publica Provincia, la supervisión de la eficacia en la prestación de los servicios públicos y el control en la aplicación de las leyes y demás disposiciones”. Sus funciones están reglamentadas por ley y su actuación se funda en los principios de informalismo, gratuidad, impulsión de oficio, sumariedad y accesibilidad. Es designado con el mismo procedimiento que para los miembros del Superior Tribunal de Justicia, gozando de las inmunidades y privilegios de los legisladores, y dura cinco años en sus funciones. Podrá ser separado solo por juicio político, y por supuesto ser reelecto.
De acuerdo con un difundido concepto, el Defensor del Pueblo, sería una “magistratura de persuasión”, y que para alcanzar tal dimensión, su figura, declaraciones, informes, exhortaciones y resoluciones deben encontrar frecuente y amplia cabida en los medios de prensa. De ello surge la importancia de los medios de comunicación como nexo entre el titular del la Defensoría y los ciudadanos. Por todo ello, “toda ocasión razonable” debe ser aprovechada para poner de relieve su figura. Tanto cuando se le presentan reclamos de repercusión colectiva como cuando, a raíz de ellos realiza diligencias o se comunica con sectores de la Administración, o cuando llega a soluciones satisfactorias.
Pero, para todo ello debe utilizar la prensa sin vanas ostentaciones ni efectismo de tipo personal. Su relación con los medios no se reduce al hecho de hacer difundir su figura, utilizando el cargo como una probable catapulta política. El titular de la institución, no tiene que ser ni oficialista ni opositor, debe ser independiente, con plena autonomía funcional, sin recibir instrucciones de ninguna autoridad. Menos aún ser un órgano del gobierno de turno, ni apéndice de algún partido político, ni amortiguador de disputas políticas. Debe Ser prudente, sin llegar a ser sinónimo de complacencia con el poder.
El Defensor del Pueblo debe responder con sabiduría, actuar con prudencia y predicar su imparcialidad. Para tener éxito en su importante misión deberá ganarse la confianza de la comunidad, basado en su prestigio y en sus acciones. Si realmente logra esa confianza del pueblo formoseño, será una institución que ayudará a la administración pública en su tarea humana de tratar a los ciudadanos no como simples números estadísticos, sino como un ciudadano de carne y hueso que tiene un conjunto de derechos, entre otros de gozar de una respuesta efectiva a sus reclamos ante un órgano creado y presupuestado a tal fin. De no seguir estos simples postulados, solo nos queda ir a Ma’ Goya.

Aníbal Hardy
hardyani@arnet.com.ar